La acción en manos de unos infinitos oportunistas nos adentra en una colosal puesta con ambiente elevado en suspenso y estética cinematográfica. Su eje central yace en una señora mayor clarividente, una pseudo inmigrante, que posee el don de adivinar el futuro. Pero lo que comenzó como un juego de cazar a un empresario para hacer dinero fácil, en un experimento con tres divertidos e ingenuos protagonistas, se convierte en un revés del destino cuando los cazadores resultan cazados. Es notable la exigencia de interpretación por parte del todo el elenco, muy bien conducido por el audaz director Javier Daulte, autor además de la hipnótica obra. En un principio las bellas transiciones resultan interesantes, aunque al repetirse el recurso pierden impacto y encanto. La dinámica también se debilita con inauditas situaciones; los inesperados y desmesurados giros del relato generan un tedioso camino difícil de atender. El elenco, nueve en total, ejecuta con naturalidad y expresividad los personajes. Algunos desarrollan sus variados talentos en drama, comedia y hasta canto. Es sobresaliente la personificación que ha logrado Matias Broglia, como un joven despreocupado -inocente al principio y luego tenaz- aportando momentos de comicidad. Daniela Pantano, como una muchacha superficial, brilla con su aterciopelada voz y chispeante interpretación. Mauro Alvarez y Jorge Gentile realizan trabajos notables con entrega en cuerpo y alma, usando sus miradas, posturas y expresivas dicciones. Clarividentes resulta una creativa propuesta, atractiva, estética, reflexiva y con gran nivel actoral. Solo pesa su duración pero eso no opaca la formidable puesta.
Cristian A. Dominguez En redes sociales: @CristianDomez 17.febrero.2018