Al inicio cuatro personas esperan a alguien – no se sabe a quién – pero se los nota preocupados por el retraso de éste, muchas teorías e incertidumbres aparecen … pero finalmentellega él (el que guía: el terapeuta) para ordenar la escena, y a sus pacientes, casi sin darnos cuenta, de repente cada uno contará sus traumas y como corresponde en los ¨psicodramas¨ los pacientes atravesarán – junto con sus compañeros – los hechos que narran, es así que veremos una serie de disparatadas situaciones, que no son otra cosa que las representaciones de dichas problemáticas.
El texto nos lleva a una obra meta-teatral, donde continuamente se pueden establecer paralelismos entre la sesión de psicodrama y una representación teatral, ya que todo lo que sucede acontece en un espacio delimitado, y es solo en ese espacio donde los personajes adquieren nuevas facetas, nuevas personalidades, y se pueden animar a tomar decisiones que no harían fuera de ese lugar (fuera de esa representación) pero la obra también permite otras interpretaciones y temas: la relación de poder y de dominador/dominado (del guía para con sus pacientes) y abrir una idea sobre la ¨representación¨ ¿Qué es lo verdadero y que es ficción? y al estar ficcionalizando eventos reales: ¿Dónde termina la ¨verdad¨ y donde comienza la ¨ficción¨?
El guía es una obra muy interesante, que además de divertir, permite quedarse pensando sobre varios asuntos. Se aprecia un inteligente planteo de parte del director: Horacio Acosta, quien conduce muy bien a sus actores (un grupo homogéneo y el cual se adapta muy bien a los distintos momentos de la obra) y el cual - solamente con los elementos necesarios - entiende cual es la mejor manera de contar este espectáculo.