Esta obra de Arthur Miller - estrenada originalmente en 1968 – da cuenta de una maravillosa pieza (creada por uno de los más grandes dramaturgos norteamericanos) que, gracias a una cuidada puesta, cuenta con una vigencia envidiable.
La misma transcurre en la habitación de una gran casona – próxima a ser demolida – la cual está inundada por una enorme cantidad de muebles. Allí se encuentra Víctor quien espera un tasador que le ponga precio - y compre - dichos muebles, pero en un momento ingresará a ese espacio alguien que éste ya no pensaba volver a ver: su hermano Walter. Son visibles las diferencias entre los hermanos, mientras que uno es un policía que vive con muy poco, el otro es un exitoso cirujano, y si bien en un principio el reencuentro pareciese más cordial de lo que se creía pronto el pasado (y los rencores) tendrán un lugar principal, en donde estallará una disputa entre estos, en donde la discusión estará en el precio que cada uno pagó al tomar (o no) decisiones trascendentales para cada uno, y que los forjo al ser quienes son en la actualidad.
La obra cuenta con un cuarteto de exquisitos interpretes, quienes dan cuenta de su extensa trayectoria y nivel. Arturo Puig conduce a su personaje (Víctor) de una manera muy sutil, en un ser que en un principio pareciese fuerte, para mostrar luego sus debilidades, su irritación y sus rencores mas anclados. Antonio Grimau es la contrafigura de éste personaje, realiza una gran labor componiendo un ser que una primera visión pareciese que su éxito lo hizo un ser superficial, pero que luego veremos que esto no es así.
Completan el elenco Selva Alemán (como la esposa de Víctor) un ser que acompaño a su marido enfrentando todas las adversidades, pero que demuestra una creciente depresión (y desesperación) por la falta de resolución de éste. Pepe Soriano compone al querible tasador Solomon, quien aporta elementos claves en la pieza.
Helena Tritek realiza un gran trabajo en la dirección de la pieza, entendiendo el tiempo justo que pide la pieza, creando climas de gran intensidad, y conduciendo a un gran elenco.
Se destaca el diseño escenográfico de Eugenio Zanetti, y lumínico de Ariel Del Maestro.
El Precio es una brillante obra que nos habla del peso del pasado y del precio de nuestras decisiones.