Flavio Mendoza, desde 2012 con la primera versión de Stravaganza, se convirtió en el artista y productor más impactante de los últimos años, ya que con cada nueva propuesta redobla su apuesta inicial, y crea espectáculos de gran factura visual, en el caso de Franciscus, por primera vez encara una obra de teatro musical, pero con su impronta personal, creando así un show único, con una mega-producción, cuya única comparación se encuentra en las grandes obras internacionales.
Con dos líneas dramáticas, la pieza cuenta dos historias, una – en el tiempo presente – centrada en el drama que vive una madre cuando su hijo es hospitalizado. La vida de ésta se basaba en poner el trabajo en primer lugar, pero en ese hospital una mujer le compartirá un libro sobre la historia de San Francisco de Asís, gracias a la lectura de éste texto, su vida cambiará.
La otra línea, sigue precisamente la vida del santo, enfocándose en los cambios de quien predicó el despojo y la austeridad, desde su juventud, el paso por la guerra, el amor, la relevación religiosa, su llamado a la acción y a predicar las enseñanzas de Jesús, y el armado de una comunidad.
La puesta dirigida por Flavio Mendoza y Maxi Vecco se centra en la espectacularidad, es visualmente impactante, y sorprende constantemente. Hay un gran nivel de detalle, y cuenta con una enorme producción que despliega una gran cantidad de recursos: desde cuidadas proyecciones a acrobacias en altura, objetos que descienden a la platea, exquisitos diseños de luz, vestuario, sonido y escenografía, sumado a un numeroso y solido elenco, orquesta en vivo, y la dirección artística de Norma Aleandro.
El libro de Alejandro G. Roemmers es correcto, la línea que sucede en la actualidad presenta ciertos problemas en su estructura y línea dramática – también actoralmente no tiene el mismo nivel que su contraparte ¨histórica¨ - si fuese más concreta y sin tantas decisiones arbitrarias, ambas líneas podrían estar más equilibradas.
La música original es otro de los puntos fuertes del espectáculo, con melodías que quedan grabadas en los espectadores, en este punto, vale mencionar la dirección musical de Federico Vilas.
El elenco cuenta con importantes nombres, y hay trabajos de gran calidad. Federico Salles es el protagonista, y su trabajo es extraordinario, en distintos espectáculos ya ha demostrado su nivel, su composición de San Francisco es de enorme sensibilidad, un trabajo de gran luminosidad, de este joven y excelente actor, algo que también sucede con Florencia Otero, quien logra lucirse a fuerza de talento con su personaje de Clara. Leticia Bredice logra su mejor momento al final de la pieza, cuando destruye una construcción actoral forzosa, que la aleja de lo verosímil.
Quienes se destacan – dentro del solido elenco – son Patricio Arellano (con gran potencia vocal), Eliseo Barrionuevo y Pedro Velázquez como los amigos de Francisco, y María Álvarez de Toledo.
Hace años no se ve un elenco tan numeroso, y con interpretes realmente destacados en el mismo, los cuales se lucen tanto en las plásticas coreografías de Facundo Mazzei, como en la parte vocal (que contó con la dirección vocal de Katie Viqueira)
Franciscus es un espectáculo impactante, único, el cual se destaca no solo por el nivel de su producción, sino porque en estos difíciles tiempos, decide contar una historia de amor, de fe… una obra que ilumina y apunta al corazón de los espectadores.