"(...) You who have known neither sorrow nor pleasure; who have trifled your life away! And there rose in her an overmastering desire to overcome her; to unmask her. (...)" Mrs. Dalloway - Virginia Woolf
Años antes de publicar una de sus novelas más conocidas: “Mrs. Dalloway” (editada en 1925), Virginia Woolf comenzó a escribir una comedia delirante que fue representada por familiares y amigos exclusivamente para alguna reunión privada. Si bien fue revisada por la autora Británica en 1935, al haber sido escrita con fines domésticos, Woolf se negó a aceptar cualquier oferta de publicación o representación teatral de la obra. No fue sino hasta 1976 que la obra salió de la gaveta, como no podía ser de otra manera, años después del fallecimiento de su esposo Leonard Woolf.
Si bien se trata de una comedia absurda y disparatada, centrada en la vida de la tía abuela de la autora, - la retratista y pionera de la fotografía moderna Julia Margaret Cameron (rol encarnado por Marcela Bea) -, en torno a las extravagancias de los artistas, el amor y la escapatoria de mundo aburrido. No dejan de estar presentes, en un subtexto, la ironía, la angustia existencial y la monotonía, poética recurrente en la escritora de “La Señora Dalloway”. Además, guarda ciertos puntos en común con dicha novela.
La puesta, que ofreció su estreno mundial en español en Ciudad Cultural Konex en Septiembre de 2010, consiste en una versión traducida y adaptada por la propia directora María Emilia Franchignoni. Sumándose a la dirección de actores estuvo Alejandra Flores. Félix Tornquist en el rol del filósofo Charles Hay Cameron y Manuela Fernández Vivian como la risueña actriz Ellen Terry se destacan en el elenco con sus interpretaciones, siendo ésta última quien aporta grandes dosis de frescura e histrionismo necesarias para la pieza.
Los rubros técnicos tienen la particularidad que fueron diseñados íntegramente por mujeres, fiel al espíritu femíneo de Woolf. El diseño de luces estuvo a cargo de Leandra Rodríguez, el vestuario de época Victoriana fue realizado por Sofía Di Nunzio y Emilia Tambutti. Y la escenografía, que con pocos elementos logra remitir un estudio de artistas en Dimbola Lodge, tomó forma de la mano de Julieta Ascar y Lucrecia Marchese.