Rayito de sol, al igual que la planta con flores brillantes y atractivas, es la viva representación de aquellas mujeres que sobresalen en un jardín de rocas “machistas”. La protagonista, quien da nombre a la obra, es una mujer de pueblo que, frente a la venta de un kiosco, recorre su vida amorosa, comparándose con otras personas y reflexionando sobre las decisiones que tomó obedeciendo a sus sentimientos. Lo que fue casarse, tener hijos, enamorarse de otra persona y, aún así, darse cuenta de la importancia que tiene el valorarse como mujer. El texto de Natalia Villamil es sencillo pero contundente. Tiene pasajes poéticos con buenas dosis de humor. Cintia Miraglia, la directora de la pieza, supo encontrarle matices a la puesta, convirtiendo el unipersonal en un fragmento de la vida de Rayito en el que cualquier mujer se puede sentir identificada. Así como también eligió a una actriz que se adecua a lo que la pieza necesita. Leticia Torres es quien encarna a una Rayito fresca y sensible. Una mujer que ilumina su mundo y el de otros, al ritmo de la cumbia. Torres realiza un buen trabajo corporal y transmite de manera enternecedora las experiencias de amor, violencia y alegría que vive la protagonista. Cabe destacar el importante rol que juega la escenografía, a cargo de José Escobar, en la puesta. Una sola ventana que se transforma en los diferentes espacios que albergan a Rayito. Un objeto, práctico y movible, que ayuda a construir ese pequeño mundo ficticio y que demuestra que no se necesita demasiada ostentación para contar una historia. Rayito de soles un espectáculo que revaloriza el mundo femenino y a todas esas “rayitos” que saben jugarse por amor y se dejan llevar por su intuición, corriendo riesgos que pueden llegar ser irremediables.