En los últimos años el teatro musical encontró en el tango y en la época del 20 al 50, dos motores interesantes para contar nuevas historias que sean cercanas a los espectadores (obras como Manzi o Gardel ambas en cartel, o Errante en la sombra, Chantecler tango, Tita, Quiero el beso, Canción de cine, Eva, entre otras), Rufianes está ambientada en los años 30, en Rosario, ciudad que era conocida en ese entonces como ¨la Chicago argentina¨ debido al rol de la mafia y la prostitución. Lo que se cuenta es un triángulo amoroso entre Romano, de alto escalafòn en la mafia siciliana, el cual ¨compró¨ a Rosa, una joven, esclava de la prostitución, y Juan, el hermano menor de Romano, quien llega de Italia para seguir los pasos de su hermano, al cual cree un hombre honrado. Con el transcurso del tiempo conocerá la verdad sobre éste, se enamorará de Rosa, y con enorme bondad intentará salvar a ambos, pero para eso, deberá enfrentar desde adentro no solo a la mafia, sino a su propio hermano. El libro, a cargo de Marcelo Camaño, es correcto, la pieza es un melodrama pero el relato, por momentos, se pierde con escenas que retardan innecesariamente lo central de la pieza, y hay elementos claves - como la modalidad de trabajo de la mafia, y de la ¨compra¨ de mujeres - que no se explican a tiempo, o bien, cuando se lo hace, la comprensión queda a mitad de camino, dicho ésto, el argumento es interesante, y la escritura escapa de muchos de los lugares comunes del género. Marcos Rauch asume la dirección, y su trabajo es de enorme solidez, supo unir las distintas piezas para crear una puesta contundente y de gran teatralidad. Vale mencionar el bellísimo diseño lumínico de Pedro Daniel Suarez, Silvia Otero y Leandro Fretes, la funcional escenografía de Giuliano Benedetti y las excelentes coreografías de Juan José Marco. La dirección musical de Juan Ignacio López (compositor también de las canciones originales, con letras de Luis Longhi) es verdaderamente exquisita, la pieza cuenta con una agrupación de seis músicos en escena que suena a la perfección, y con una fuerza que funciona como un gran motor para contar esta pasional historia. En este punto, vale decir que si bien es visible un gran trabajo vocal, es una làstima el sonido de la sala, ya que cuando hay más de tres voces juntas las mismas se empastan y se pierde la riqueza de las mismas. Actoralmente la obra cuenta con un sólido y talentoso elenco de gran intensidad, donde se destacan Flor Benitez y Maia Contreras. Rufianes es un musical de acá, una apasionada historia donde el amor, el sexo, la mentira, la lealtad, y la familia son los protagonistas.