Muchos son los espectáculos que hablan del amor, del romance, de las relaciones de pareja… y en ese sentido Te quiero, sos perfecto, cambia es una más de ellas, pero esta obra – o al menos esta puesta - tiene algo que a otras le falta: emoción (real, sentida) la cual que llega a la platea, y claro, esto es algo que puede ser meritorio de la obra, pero al presenciarla uno difícilmente dude que no sea por el gran trabajo artístico que hay tanto arriba, como abajo del escenario.
La obra muestra un compendio de cuadros que dan cuenta de diversas situaciones que uno puede atravesar en pareja, un completo panorama que va desde la primera cita, pasando por el matrimonio hasta llegar a la viudez, en donde – como factor común – se encuentran lo emocional y el humor.
Estrenada originalmente en nuestro país en 2004, Ricky Pashkus asume nuevamente la dirección de la misma, y su tarea es puntillosa en lo que quiere contar, en cómo quiere hacerlo y lleva adelante un elenco que realiza un gran tarea - centrando en el trabajo interpretativo el mayor poder de la puesta - y donde, además, se observa un cuidado detalle estético (apoyado por destacados diseños de vestuario y lumínico)
Cuatro son los actores que interpretan los casi 32 personajes que se suceden a lo largo de la pieza. De gran nivel vocal y actoralmente son los trabajos de Natalia Lobo, Diego Ramos y Guillermo Fernández, destacándose todos ellos fundamentalmente en los momentos de humor.
El elenco se completa con Karina K, la cual, nuevamente, realiza una tarea exquisita - vocalmente perfecta - se destaca su trabajo compositivo, y si bien se sabe que es su faceta cómica la más rentable, logra superarse y da a sus personajes distintos colores y matices logrando que cada uno tenga carácter propio y que se diferencien de los anteriores, por último, en su monologo final muestra una faceta dramática arrolladora.
Marcelo Macri realiza una delicada y exquisita dirección musical, que amplifica y acompaña impecablemente las distintas escenas. Hernán Matorra (piano) y Valeria Matsuda (violín) ejecutan sus instrumentos, pero además forman un simpático dúo, el cual por momentos termina convirtiéndose en el centro de alguna situación que se plantea en el escenario.
Te quiero, sos perfecto, cambia es una obra en el cual todos los elementos que la componen lograron potenciarse y terminan generando una pieza sencillamente exquisita.
Un espectáculo para divertirse y emocionarse, que dan ganas de volver a ver, para nuevamente poder volverse a emocionar y divertir.