El espectáculo cuenta en primer persona la transformación que vive Mirta Wons - luego una crisis existencial, una fuerte depresión y varios desengaños amorosos - al entrar en su vida una máquina de coser Singer modelo Florencia 63, adentrandose así a un universo novedoso y fascinante que la envuelve por completo, teniendo la posibilidad de reinventarse, encontrando un nuevo oficio y completa alegría.
La obra cuenta con la dirección de Carlos Kaspar, y dramaturgia de Erika Halvorsen y Wons, la misma es una comedia unipersonal, mezcla de monólogos con comedia musical (canciones y coreografía) si bien se puede leer fácilmente que es una pieza que busca entretener y hacer que el publico pase un muy buen momento (tarea que resulta altamente satisfactoria) no se queda solo allí, sino que la misma tiene una mirada irónica a ciertas estructuras o sueños, pero fundamentalmente, es en el planteo final, en el que enuncia que todos tenemos heridas, cicatrices que intentamos curar – o disimular – como si fuesen parches o retazos, convirtiéndonos así en un ¨patchwork¨
Mirta Wons realiza una gran tarea, no solo canta bellamente, sino que compone varios personajes, sabe cómo darle el tiempo justo al relato, mientras que divierte y emociona. Esto también es merito del trabajo de Kaspar en la dirección.
Con divertidos juegos de palabras y un humor constante y puro Yo y mi Singer es un bello espectáculo, que entretiene, pero a su vez, deja pensando.