Dicen que lo importante no es solo el objetivo sino cómo llegamos a él. La obra trata de eso, más que simplemente un musical sobre dos tipos escribiendo un musical sobre otros dos tipos escribiendo un musical. Demuestran que se puede hacer un musical con 4 sillas, un piano y un proyector. Que cuando abunda el talento no se necesita mucho más. Y que se pueden meter nombres de Drag Queen inventados (Lucila Tanga y Débora Melchori, por dar un par de ejemplos) en casi cualquier parte y que quede bien. [Título del show] se estrenó en el año 2004 en Nueva York en el Off, y desde entonces se convirtió en una obra en progreso post moderna, con cambios en cada producción nueva que reflejan las circunstancias que el elenco y la obra experimentaron en el proceso. En este musical se puede ver por completo el poder de la traducción y la adaptación, donde la obra tiene que ser reconstruida por completo para adaptarse al lugar donde se estrena, a la lengua meta. No solo contiene referencias a todos los nombres del teatro musical argentino (del On y el Off) sino también a los productores, periodistas, actores de televisión, personajes varios de la farándula, memes, Dragon Ball, Ricardo Fort, y hasta a Wicked. Hasta incluye una canción donde la letra está compuesta puramente con obras y musicales estrenados en Argentina, por ejemplo:”Corazón idiota gritó, en Buenos Aires de ayer y hoy, que un día Nico se fue”. El pacto ficcional está casi totalmente roto, y no podría importar menos. Los personajes hablan de que están bailando danza contemporánea en el Medley mientras están en el Medley, comentan que la escena se hizo muy larga y apagan las luces para la siguiente escena, también referencias con respecto a cuestiones de redacción (“¿podemos sacar los verbos transitivos del final de tus oraciones mal escritas?”), una actriz “congelada” en un costado pide si se puede volver a mover y hasta cantan “¿quién va a pagar por ver un musical donde hago de mí?”. La química entre los actores es fabulosa, los chistes fluyen naturalmente y lo diálogos son totalmente realistas. Otras temáticas que se tocan son más profundas: la inseguridad, la competencia entre las mujeres, la competencia entre los hombres, el miedo al rechazo, al ridículo, el “vampiro” (por lejos el mejor número de todos), la duda de si se están vendiendo o no, ser reemplazados por otros actores, ¿qué es mejor: ser una obra de culto o llenar salas inmensas en calle Corrientes con un producto vacío? Tal vez sea más importante ser el favorito de un par, aunque el resto del mundo quiera “ver a Wanda Nara en Rent”.