“Una ópera es una obra de teatro con música. En la ópera, los actores en el escenario son normalmente cantantes, en lugar de actores. La historia está contada en canciones y por la música de la orquesta. Y al igual que las obras de teatro, las óperas también pueden ser muy emocionantes. La ópera llena los oídos, los ojos y la mente.”
Eso es, palabras más palabras menos, lo primero que escuchan los chicos durante el paseo pensado para niños de la Ópera de Sydney en un intento por acercar este mundo a los más pequeños. Tarea que es a la vez, titánica y esencial. Con mucha más sensibilidad, Juventus Lyrica, ya en una parada necesaria del año, no sólo acerca a los niños sino que los sumerge de manera interactiva y comprometida, dentro de la ópera.
Continúan en Sydney: “Mucha gente, cuando piensa en la ópera, piensan en una mujer parada en el escenario haciendo un sonido horrible. Se imaginan a esta mujer chillando a todo pulmón… bueno, la ópera suena así a veces pero sin embargo, estos sonidos siempre son parte de una historia. No tiene sentido escuchar estos sonidos sin conocer la historia.”
Juventus lyrica se aparta con habilidad de este problema. Con magistral habilidad, la adaptación de María Jaunarena es simplemente exquisita y los niños, y también los padres la han disfrutado muchísimo. No siquiera como un acto que hay que disfrutar, sino como un momento que se hace disfrutar.
Risas por doquier, preguntas a padres tutores o encargados, los niños estuvieron atrapados en la teatralidad y musicalidad de la propuesta desde el minuto cero. El humor es inteligente y no menosprecia a nadie. Hay que decirlo, la pieza elegida se presta, en su carácter bufo, ideal para la empresa, pero no le quita eso ni un ápice de mérito.
Funciona muy bien todo. Hay que irse aplaudiendo y contento. Dentro de ese funcionamiento orgánico está la nota saliente de Gabriel Carasso como Fígaro, y Walter Schwartz cómo Basilio. La dinámica en escénica fue un poco menos vistosa que el lance del año pasado (La cenicienta, en la misma sala) y eso puede haberse notado en los más jóvenes de la sala en donde el apoyo visual es el pilar más fuerte del entretenimiento.
La orquesta sonó completa, redonda y en todo momento integrada a la acción. Los cantantes, aunque asistidos por micrófonos por razones prácticas y operativas, estuvieron impecables todos, aún con la dificultad que plantea la agilitá rossiniana en el cambio de idioma al español.
Refresca el alma ver cómo los niños corren al escenario a que los cantantes y músicos les firmen sus programas (que vienen preparados especialmente para la tarea). Es todo parte de un gran espíritu de esperanza para este espacio que debe evolucionar y adaptarse sin dejar de conservar las formas y desafiar a su público.
Parada obligatoria para hacer con chicos. Ah! El horario ideal.
Fernando Johann
Elenco
Fígaro: Gabriel Carasso - Fernando Grassi
Rosina: Laura Penchi - Constanza Díaz Falú
Bártolo: Roman Modzelewski
Conde de Almaviva: Sebastián Russo - Patricio Oliveira
Basilio: Walter Schwartz
Berta: María Goso - Cecilia Pérez San Martín
Adaptación y versión en español: María Jaunarena
Adaptación musical: Hernán Sánchez Arteaga
Dirección escénica y actoral: María Jaunarena
Preparación y dirección musicales: Hernán Sánchez Arteaga
Director musical asistente: Pablo Manzanelli
Escenografía e iluminación: Gonzalo Córdova